Me he dado cuenta de que ser profesora es muy malo para la economía doméstica. Especialmente sucede cuando una es profesora novata, es decir, cuando se necesitan por primera vez materiales, recursos, juegos, etc. y todo eso vale una pasta, y no te digo ya con la dichosa gamification, que resulta que ahora tienes que ser supercool para que tus niños te hagan caso (y que conste que no tengo nada en contra, todo lo contrario, me encanta).
Yo me resistí a la gamification hasta que me encontré con una niña turca que se dormía LITERALMENTE en mis clases.
Desde entonces soy amiga del color, los dados y las fichas. Resultado: mi turca habla español y ahora toda la familia quiere apuntarse al carro (yeah)
Lo peor del colorín es lo caro que cuesta. Y yo no tengo colegio/academia que me lo pague, así que me toca tirar de impresora, cartulina y rotulador de toda la vida.
Cuento todo esto para decir que ojalá me diera la paga para comprar un Trivial, Pictionary, Tabú, Lince y todos los juegos imaginables que tanta cancha dan para enseñar español. Pero resulta que no, que por no tener no tengo ni paga (snif, snif). Por lo tanto, cuando descubrí los tan maravillosos Rory Story Cubes se me escapó una lagrimica... por baratos que parezcan no me los puedo permitir... pero sí que puedo fabricarme los míos, no problem.
Los Rory Story Cubes se pueden utilizar de mil formas en la clase de idiomas: tanto para que los alumnos cuenten historias libremente o para que repasen algún tiempo verbal en particular, un ejemplo de uso está en este post de El tarro de los idiomas, con el que he disfrutado mucho ;)
Así que, sin más dilación os dejo mis ocho dados, clasificados en categorías:
- El protagonista
- La mascota
- El amuleto
- El lugar
- El transporte
- La acción
- Comida
- Profesiones (se puede utilizar como acciones)
Espero que os guste y sobre todo que os sea de utilidad.Besos varios ¡hasta la próxima!
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